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LA LITERATURA SEFARDÍ

La literatura sefardí ha ido evolucionando desde la Expulsión hasta la actualidad,  al ritmo del devenir histórico de las comunidades sefarditas.

1. Los siglos XVI y XVII

1.1. La producción literaria de los sefardíes occidentales. Las primeras producciones literarias de los sefardíes occidentales (es decir, de los asentados en países del occidente europeo) pueden clasificarse en varios grupos:

Por un lado, una serie de obras (poéticas, narrativas o teatrales) conforme a los usos y gustos literarios de la época, y que en muy poco se diferencian (ni en el estilo ni en la lengua en que están escritas) de la literatura renacentista o barroca que se cultiva por las mismas fechas en la Península Ibérica.

Por otro, una serie de obras de contenido específicamente judío, escritas en castellano, portugués o hebreo, y encaminadas a la práctica religiosa: oracionales y libros de liturgia (en los que muchas veces, junto al texto hebreo, se imprime una traducción literal en lengua romance), tratados de moral o de mística (cuyo cultivo alcanzó altas cotas entre los expulsos durante el siglo XVI) y una traducción de la Biblia (la Biblia de Ferrara, impresa por un grupo de criptojudíos hispanoportugueses en esta ciudad italiana en 1553, que se reeditará varias veces en las prensas de Amsterdam a lo largo del siglo XVII).

Algunas de estas obras –como la misma Biblia de Ferrara— se concibieron como material para la formación de los conversos de segunda o tercera generación, ya muy alejados de los conocimientos y prácticas del judaísmo y desconocedores de la lengua hebrea, que precisaban de esos instrumentos para ilustrarse sobre la religión de sus mayores, a la que volvían desde su estatus de cristianos nuevos.

1.2. La literatura de los sefardíes de Oriente y de Marruecos en los siglos XVI y XVII. De la producción literaria en lengua romance de los sefardíes de Oriente en el siglo XVI nos han llegado muy pocas muestras: varias obras de Moshé Almosnino, rabino de Salónica autor, entre otras obras, de una Crónica de los reyes otomanos; el Diálogo del colorado, una obra médica de Daniel de Ávila Gallego; la Obligación de los corazones, de Bahia ibn Pakuda; y algunas obras anónimas, como Fuente Clara.  

Prácticamente nada sabemos de qué literatura escribían o consumían los sefardíes norteafricanos por la misma época,ya que no se han conservado impresos ni manuscritos marroquíes de los siglos XVI ni XVII en lengua romance, aunque es más que probable que les llegasen impresos de sus correligonarios de los Países Bajos, de Italia e incluso de Salónica.

El siglo XVII es un profundo silencio en la literatura sefardí oriental y norteafricana: no conocemos ni una sola obra producida en lengua romance por sefardíes en el siglo XVII. Sin duda debió haber una continuidad entre la producción literaria de los judíos expulsos de la península y la eclosión de la literatura sefardí que se produce en el siglo XVIII, pero lo cierto es que no nos ha quedado ni un resto de ello.

Semejante anomalía se ha querido explicar por la profunda crisis espiritual y cultural que en el mundo judío en general –y en el sefardí en particular—produce el fracaso del movimiento promovido por Sabetay Çeví, un sefardí de Esmirna que se proclamó mesías en 1665, consiguió gran número de seguidores y el apoyo de varios notables sefarditas, y acabó convirtiéndose al islamismo en 1666, ante las presiones del sultán otomano Mehmed IV.  El fracaso sabetaico produjo una regresión cultural en el ámbito sefardita, con una orientación más elitista de la enseñanza del hebreo y de los conocimientos propios del judaísmo –en parte, el éxito popular del falso mesías  fue achacado a la excesiva afición del vulgo mal formado por los conocimientos místicos y esotéricos— y no sabemos si incluso la retirada de la circulación de libros y manuscritos susceptibles de haber abonado el éxito del movimiento mesiánico.

2. La eclosión de la literatura en judeoespañol en el siglo XVIII

Paradójicamente, esta situación pudo propiciar el florecimiento de la literatura sefardí en judeoespañol desde la tercera década del siglo XVIII.

Ese florecimiento parece provenir de la iniciativa calculada de una élite de intelectuales del entorno de Estambul, con formación rabínica (y, por consiguiente, con un buen conocimiento del hebreo, que les permitía el acceso a las fuentes literarias judías), que emprenden una auténtica labor divulgadora entre sus correligionarios de las clases menos ilustradas.

Como, a esas alturas, la mayor parte de los sefardíes –con la excepción de unos pocos hombres cultos que conformaban las élites rabínicas-- desconocían la lengua hebrea, la nueva literatura sefardí hubo de expresarse en la lengua común a todos: un romance derivado del castellano de finales del siglo XV, al que –aparte de la evolución interna esperable en una lengua a lo largo de más de más de dos siglos--  habían venido a incorporarse numerosos préstamos léxicos y morfosintácticos de otras lenguas románicas (el portugués, el catalán, el italiano), del hebreo y de lenguas en contacto (como el turco o el griego).

La existencia de imprenta hebrea en el imperio otomano propició que esa literatura encontrase posibilidades de transmitirse no sólo a través de manuscritos y oralmente, sino muy especialmente en impresos aljamiados es decir, escritos en lengua romance pero con caracteres hebreos--, que salían de las prensas de Estambul, Salónica, Esmirna, Jerusalén y otras ciudades del imperio; desde las prensas sefardíes de Liorna y otras ciudades se exportaron además libros aljamiados a las comunidades norteafricanas.

La literatura que en ese entorno nace se orienta, muy reveladoramente, a la práctica religiosa, sobre todo a la lectura y al canto en el ámbito doméstico (la práctica religiosa doméstica y familiar es muy importante en el judaísmo), tanto con motivo de la celebración del sabat como en las festividades del ciclo litúrgico anual o en las del ciclo vital. Así:

  • Se publica una nueva traducción de la Biblia (la de Abraham Asá), que viene a sustituir a la de Ferrara, cuya lengua era al parecer sentida como demasiado arcaizante y lejana por los sefardíes del siglo XVIII;
  • Se realiza el ambicioso proyecto de un comentario bíblico en judeoespañol (el Me`am lo`ez, iniciado por el rabino Ya`acob ben Meir Julí y continuado por varios de sus seguidores), que se convirtió en una pieza clave de la cultura sefardita hasta el mismo siglo XX, ya que era costumbre leerlo por fragmentos en voz alta en las veladas domésticas del sabat y las fiestas.
  • Y, sobre todo, se revitaliza un género poético, de poesía estrófica destinada al canto, que según todos los indicios había existido ya entre los judíos medievales en la Península y que ahora vive un auténtico resurgimiento bajo el título genérico de coplas. Las coplas sefardíes, muchas de ellas compuestas para ser cantadas en familia con motivo de celebraciones religiosas, e inspiradas con frecuencia en historias de la Biblia o en la comentarística rabínica, constituyen seguramente la aportación más característica de la poesía sefardí desde el siglo XVIII hasta el XX; porque el género, sentido como patrimonial por los propios sefardíes, seguirá vivo, con nuevas aportaciones (cada vez más profanas) a lo largo del siglo XIX y parte del XX.

3. Desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad

            A partir de mediados del siglo XIX, es la secularización o laicización de la vida lo que marca la evolución de la literatura sefardí. No es que no sigan cultivándose los géneros patrimoniales, de raíz y funcionalidad religiosa; todo lo contrario: en el siglo XIX se reimprimen obras religiosas anteriores y se producen traducciones al judeoespañol de libros hebreos de contenido religioso. Pero ahora –bajo la influencia de una serie de cambios socioculturales, políticos y educativos—entra con fuerza la literatura profana. El mismo género de las coplas acoge, bajo las mismas formas métricas y procedimientos retóricos, muchos temas históricos, satíricos o noticieros que nada tienen de religiosos. Y, por imitación de las literaturas del occidente europeo, empiezan a cultivarse una serie de géneros literarios sin tradición anterior en la literatura judía: son los llamados géneros adoptados, como el periodismo, el teatro, la novela, el ensayo o un nuevo tipo de poesía que se aparta de los moldes tradicionales e imita a la occidental.

            El transcurso del siglo XX fue marcando la decadencia y el desmembramiento del mundo sefardí tradicional. No sólo porque el acceso a la educación a la manera occidental (y, especialmente, a la educación francesa y en francés) supuso un cierto proceso de aculturación con respecto a la cultura tradicional, sino por el propio desmantelamiento de las comunidades sefardíes: la caída del imperio otomano y el auge de los nacionalismos balcánicos, la I Guerra Mundial, catástrofes como el incendio de Salónica de 1917, las crisis económicas de los años 20’, la II Guerra Mundial y el nazismo, la fundación del Estado de Israel, la independencia de Marruecos, fueron algunos de los acontecimientos históricos que produjeron –cuando no el exterminio de comunidades enteras-- la emigración sefardí fuera de sus lugares de origen, la formación de comunidades sefarditas en nuevos lugares (de América del Norte y del Sur, de Israel, de diversos países europeos) y la destrucción del mundo sefardí tradicional en el que se había desarrollado y había tenido su función esta literatura.

            Todavía hoy existen hablantes de judeoespañol en Grecia, Turquía, América o Israel; incluso en Israel y en algunos países europeos se imparten clases de judeoespañol, a las que asisten –aparte de hispanistas y lingüistas— sefardíes deseosos de recuperar una lengua que fue la de sus padres y que ellos ya desconcen. Algunos autores siguen voluntariosamente cultivando la creación literaria en lengua sefardí; entre estos, resulta significativo que el género más cultivado sea la poesía (más íntimo y personal, que puede escribirse como desahogo personal  dirigido a un pequeño sector escogido) y mucho menos la narrativa o el teatro (géneros que exigen un público receptor relativamente amplio para alcanzar su verdadera función).

Si desea ampliar conocimientos sobre la literatura sefardí, puede encontrar orientación en la Bibliografía sefardí comentada, utilizando las siguientes palabras de búsqueda en el campo Tema:

a)  literatura, Biblia, comentarios bíblicos, tratados morales, poesía,  métrica, coplas, géneros adoptados,  novela, teatro, poesía de autor, traducción, periodismo,  prensa, memorias, autobiografía, biografía, historia del libro,  lectura,  lectores;

b) nombres de autores;

c) títulos de obras literarias.

Para los autores sefardíes, su producción literaria y bibliografía de estudios sobre ellos, puede buscar por nombre de autor, lugar o tema en Quién es quién en la literatura en ladino.